Hay quienes quieren a sus animales de compañía y les dan una gran calidad de vida, basada en un genuino afecto. Pero hay quienes van más allá y ofrecen lo mismo a cientos y cientos de animales, a través de organizaciones que se dedican al rescate y ayuda de los mismos.
Ir del camino de un amoroso propietario de mascotas a un comprometido humano por una buena causa puede estar a tan solo una decisión de distancia: hay humanos que pueden influir positivamente en la vida de muchos animales.
En esta ocasión escogemos hablar de los gatos, pues generalmente cuando se habla de este tipo de ayuda se piensa en los perros o incluso en refugios para animales salvajes. Pero lo cierto es que los felinos domésticos también necesitan apoyo por razones que van desde que sus numerosas camadas son abandonadas por los humanos, hasta motivos basados en la superstición: suele maltratarse a los gatos negros o rechazar, en general, a todos los gatos por pensar que son animales poco afectuosos o distantes… nada más lejos de la verdad.
Por fortuna, son muchos también quienes procuran la protección a esta especie. Quien desee unirse a esos grupos puede encontrar diversas alternativas. Aquí, más que recomendarte a un grupo en específico, mostramos las características de las agrupaciones que protegen a los gatos, con el fin de que busques una o varias asociaciones para encaminar tu ayuda.
1. Los que procuran alimentos. ¿Has oído hablar de los “croquetones”? Son ejercicios para reunir fondos monetarios para comprar comida para animales, en este caso para los gatos. Los costales que logran comprarse son donados para refugios y santuarios. Ayudar en esta causa es sencillo: basta tu donativo, ya sea económico o en especie. También puedes convertirte en organizador de un croquetón: rifas, bazares y hasta carreras son medios de recaudación.
2. Tratamientos médicos. Los centros veterinarios especializados en operaciones complejas —como de ojos o corazones, por ejemplo— pueden ser buenos contactos para recibir donativos para pacientes que no puedan cubrir estos procedimientos vitales y sus medicamentos.
3. Refugios y albergues. Estos espacios son temporales para los gatos: reciben a los que están sin hogar, o que vienen de situaciones de maltrato o heridos. Los curan y amparan hasta que encuentran alguien que los adopte. Puedes ayudar con donativos económicos, en especie, como voluntario o con trabajo externo —por ejemplo, ayudarles a promover a los gatos que están a la espera de ser acogidos—.
4. Santuarios. Bajo esta figura de protección se protege a los gatos durante toda su vida. Es decir, no los dan en adopción, ni los venden. Generalmente se crean espacios así para animales que han tenido gran sufrimiento o que por alguna razón (una discapacidad, por ejemplo) no podrían adaptarse a vivir en otro lugar. Aquí básicamente se requieren apoyos económicos y en especie.
5. Protectoras de animales. En este caso funcionan parecido a un refugio, pero dan, además, muchos otros servicios, como consultas veterinarias gratuitas o a muy bajo costo, apoyo alimentario, dispensario de medicamentos, vacunación gratuita o de bajo costo, intervenciones quirúrgicas y esterilizaciones. Usualmente requieren apoyo económico, en especie y voluntariado.
6. Rescatistas. Se trata de personas o grupos activos que se dedican a recuperar animales de situaciones peligrosas, violentas o de abandono, para encontrarles adoptantes o albergues para que los cuiden mientras tanto. Son grupos cuya labor es muy notoria, por ejemplo, después de un desastre natural como huracanes o sismos. Suelen requerir apoyo económico y voluntariado.