Ahora existe, por ley, la iniciativa de crear clínicas veterinarias públicas en todo el país, con el propósito de proteger a los animales de compañía y de apoyar a sus titulares humanos al cuidado de los mismos.
El decreto se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 25 de enero de 2024 –se modificó el artículo 87 Bis 2 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente–. A partir de entonces, deben transcurrir alrededor de seis meses (180 días) para que entre en vigor el esfuerzo que harán autoridades federales y locales, en cada estado, para procurar el desarrollo de la figura de veterinarias públicas.
Para estimar qué podemos esperar de esos servicios de salud pública para los animalitos podemos echar un vistazo a la actual oferta que hay en la Ciudad de México de clínicas veterinarias que podrían funcionar como referencias de los modelos a operar para esas nuevas figuras.
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Como principio, podemos ver que hay servicios básicos que podrían estar incluidos, como ya ocurre en las que funcionan en la capital mexicana. Las desparasitaciones, esterilizaciones y consultas veterinarias generales son parte de ese paquete primario. En muchos de los casos podrían ser gratuitos y en tantos otros tener un costo de recuperación accesible, como ya se registra, por ejemplo, en este hospital veterinario dependiente del gobierno de la Ciudad de México.
Ahora bien, las atenciones que son más complejas podrían estar concentradas en las clínicas con más especialidades. Una referencia clásica es el Hospital Veterinario de Especialidades, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM. Ahí hay expertos en cardiología, dermatología, endocrinología, odontología, urgencias y cirugías para animales, a precios accesibles.
Es natural que en la Facultad de Veterinaria puedan encontrarse esos campos de especialidad, si bien no es una oferta fácilmente repetible, por eso es que probablemente haya clínicas de primer contacto con los básicos de servicios veterinarios y algunas otras que puedan ofrecer aspectos quirúrgicos más sofisticados, al igual que fisioterapias y otros tratamientos.
Otro aspecto importante son los estudios de laboratorio para los animalitos, lo mismo para diagnóstico de cuadros médicos, que como preoperatorios o, simplemente, para conocer mejor su estado de salud. En algunos casos podrían estar incluidos o bien sostener algunas alianzas con centros que sí cuenten con esos servicios.
La noticia de las clínicas veterinarias públicas sin duda es positiva para la comunidad, por supuesto para quienes tienen animales de compañía, pero también para quienes no conviven directamente con ninguno pero que quieren vivir en ambientes con mayor sanidad y empatía social.
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El tema también pone a la mesa un aspecto que se considera pocas veces por los tenedores de mascotas y es lo referente al cuidado médico del animalito. Hoy, las clínicas veterinarias privadas son las encargadas de solucionar la mayor parte de estos servicios médicos y, lamentablemente, para muchos representan un costo inalcanzable.
¿Qué debe considerar el presupuesto de ese otro miembro de la familia? Gastos por esterilización, vacunación y desparasitación anuales, consultas médicas. Algún apartado para casos de emergencia (hospitalización y exámenes de laboratorio, medicamentos).
Por eso, para complementar la ayuda que puede provenir del próximo sistema público de salud veterinaria, los propietarios de animales de compañía pueden contratar un seguro para cubrir a su mascota. El más consolidado en el mercado es Medipet, de GMX Seguros, que incluye reembolso para algunas vacunas o baños al año, así como otros gastos en los que puede incurrir frente a algún padecimiento o accidente del compañero cuadrúpedo.
Todo esto forma parte de la creciente cultura por la tenencia responsable de animales de compañía. Pero se hace también con el cariño que se tiene a esos otros compañeros del hogar.