De por sí los festejos de cualquier tipo pueden estresar a tu perro: hay mucha gente de visita. O, por el contrario, los humanos con los que convive se fueron de vacaciones y ahora pasa más tiempo solo, lo que también le afecta.
Pero, en realidad, la temporada decembrina trae muchos otros riesgos para el mejor compañero del ser humano, mismos que te conviene detectar en casa, para evitar cualquier percance.
1. Cuidado con las envolturas. Los cachorritos y perros jóvenes, que son muy inquietos, las podrían ingerir. Para que eso no ocurra, tira a la basura o aparta de inmediato el papel de los regalos, ponlos fuera del alcance de perros juguetones.
2. De pinos y nochebuenas. Llevar nuevas plantas a casa, por la temporada navideña, es una práctica común, tan común como que los pequeños muerdan sus hojas. Por eso debes cerciorarte de que la naturaleza que llevas a casa no sea de una variedad tóxica, que no ha sido bañada de pesticidas, que no traiga plagas e insectos… en otras palabras, elige plantas inocuas para que no lastimen al perrito.
3. ¡Sin chocolate, por favor!. El cacao con azúcar es una de las fórmulas más asociadas a la época navideña. El problema es que resulta muy perjudicial para el hígado de los perros y, de acuerdo a la recomendación de cualquier veterinario, hay que evitar a toda costa que se coman esa pieza que puede resultarles tan olorosa y de buen sabor.
4. Los restos de la cena. Para un perro los restos de la cena navideña pueden ser un banquete inolvidable. Y de verdad pueden entrar en esa categoría si les cae mal al estómago y les provocan algún tipo de intoxicación, ahogamiento o reacción adversa. Es mejor que el bote de basura y todos los restos de comida les resulten inaccesibles.
5. Decoración y unicel. Por extraño que se escuche, hay perros que encuentran irresistible masticar el unicel. Y, de paso, todas las piezas de decoración, tan vistosas como novedosas: pedazos de mantel, esferas plásticas y de vidrio… y qué tal morder el cable de esas luces tan atractivas.
Los cachorros y perros jóvenes, expuestos por primera vez a los festejos de fin de año, pueden ser más susceptibles de meterse en líos de salud al impresionarse con la decoración.
¿Qué hacer al respecto? Ponerla lejos de su alcance, enseñarlo a que no se acerque a esos objetos, y algo muy importante: dedícale tiempo a tu peludito, a pesar de la enorme cantidad de compromisos sociales que se asocian a la época.
Si le dedicas tiempo para jugar, sacarlo a pasear y, no menos importante, le asignas un espacio que no sea invadido por invitados, en donde pueda estar tranquilo y sentirse a salvo, seguramente contribuirás a disminuir su estrés… y sus ganas de hacer travesuras que le ponen en riesgo.