Cómo proteger las patas de los perros en época de calor

Durante los meses de verano, nuestras queridas mascotas sienten el calor mucho más rápido que nosotros debido a su pelaje y su incapacidad para producir sudor como los humanos. En condiciones de calor, las mascotas también son más susceptibles a quemaduras en las patas.

 

Las almohadillas en las patas están hechas de piel para soportar la presión, similar a los zapatos que usamos. Sin embargo, al igual que los zapatos, las almohadillas para las patas están sujetas a desgaste, lo que resulta en una incomodidad extrema para nuestras mascotas.

 

Presta atención a los siguientes signos de que las almohadillas de las patas de tu mascota pueden estar causando molestias:

 

       -Cojea o se niega a caminar

       -Lame o mastica sus pies

       -Almohadillas de patas descoloridas

       -Falta parte de la almohadilla de la pata

       -Ampollas o enrojecimiento

 

Cómo prevenir quemaduras

 

Toma las siguientes medidas de precaución:

 

  • Mantén los paseos de tu perro al mínimo durante los meses de verano. En particular, se recomienda que en climas cálidos los perros sean paseados por la mañana o por la noche, para evitar los momentos de mayores temperaturas.

  • Los calcetines y botines para perros ayudan a protegerlos del pavimento caliente.

  • Pasea a tu perro sobre el césped, ya que esa superficie permanece más fría que el concreto o la arena, lo que disminuye la posibilidad de quemaduras.

  • Evita lesionar las almohadillas manteniéndolas humectadas con vaselina o una crema especial recetada por su veterinario.

  • Mantener las almohadillas hidratadas evitará que se agrieten, se pelen y haya cuarteaduras, preservando la longevidad de la almohadilla.

Si estás caminando con tu mascota y notas que cojea o muestra signos de malestar, enjuaga la pata con agua fría y vayan a un área con césped o, si es posible, a una superficie menos dura. Es importante recordar evitar que lamen el área, ya que irrita más la superficie.

 

Lleva a tu mascota a su veterinario para evaluar la gravedad de la quemadura y determinar qué analgésicos o antibióticos son los más adecuados.